He estado observando algo interesante en las
consultas de este último año. Las personas
que antes conseguían ahorrar un 15% de sus
ingresos ahora luchan por llegar al 8%. Y no
es porque estén gastando de manera
irresponsable.
El problema es más profundo. Los costes
ocultos se han disparado: seguros que suben
cada año, suscripciones digitales que se
acumulan, servicios básicos que ajustan
precios sin avisar. Todo suma, pero como son
cambios graduales, muchos no lo notan hasta
que revisan sus cuentas al final del mes.
La inflación en servicios esenciales ha
crecido un 23% más rápido que el índice
general de precios en los últimos dos
años. Esto significa que tu dinero compra
menos de lo que los datos oficiales
sugieren.
¿Qué puedes hacer? Empieza por auditar todos
tus gastos recurrentes. No solo los grandes
como la hipoteca o el alquiler, sino esos
pequeños pagos mensuales que se autorizan
automáticamente. Muchas veces encontrarás
servicios que ya no usas o que podrías
sustituir por alternativas más económicas.
También vale la pena revisar tu estrategia de
ahorro cada trimestre. Lo que funcionaba en
2023 puede necesitar ajustes ahora. No se
trata de recortar por recortar, sino de ser
más consciente de dónde va realmente tu
dinero y si esas decisiones siguen teniendo
sentido para ti.